Lucio Saints - #HugeDevotion

Duration: 15:33 Views: 16K Submitted: 5 years ago Year: 2014
Description: Lo siento, no puedo más, ha vuelto a conseguirlo, me rindo a los pies de Lucio Saints directamente, porque acaba de dar rienda suelta a una de las cosas que más me mola, coger un buen par de pollas, pajearlas, comérmelas y chupar sin descanso hasta recibir toda la descarga de lefa en la cara vaciándoles los huevos. Un tio guapo me puede, es inevitable que como me guste su carita y la mirada, todo lo demás me sobra, pero tengo que reconocer que también soy un devoto de los rabos grandes. Una buena polla es un plus, para qué negarlo, da muchas posibilidades y a mi me pone burro, eso de agarrarla bien con la mano y pajear a tope recorriendo cada centímetro y recreándome el tacto y la vista, o esa sensación de metértela en la boca y sentir cómo ya sólo el cipote consigue llenártela y notar que sigue entrando sin poder abarcarla entera, chuparla de los huevos hasta la punta en un buen recorrido o la sensación tan placentera al sentir como te taladra el culo una buena herramienta. Una polla grande es una polla grande, macho. Pocas veces tenemos la oportunidad de ver a Lucio Saints así como en esta escena, que es música para los oídos para cualquier amante ya no solo de las pollas grandes, sino de las buenas mamadas y de los faciales. Estamos acostumbrados a ver cómo otros tios se comen su enorme polla y la degustan como campeones, pero ¿qué pasa cuando Lucio Saints se encuentra enfrente con otros machos pollones? Pues que consigue comérsela de tal forma que pasa de flácida a tamaño gigante en cero coma. El tio se planta a un completo desconocido enfrente, se la saca y empieza a comer. Ensaliva bien para que eso resbale y entre mejor, se la come hasta los cojones, la atrapa a succión, la suelta y vuelta a empezar con el sonido de las chupadas que lleva al delirio. La escupe todo lo larga que es, recoge la saliva y la vuelve a atrapar con la boca en un jueguecito tremendo en elq ue se va calentando y se vuelve loco, mientras de vez en cuando recibe golpecitos sonoros de los que solo un buen pollón hace al impactar sobre una cara o una lengua, delicioso. Y como los petisuis del “a mí me daban dos”, el que se come una buena polla, se puede comer dos, así que otro tio desconocido con una polla más grande y gorda todavía que el anterior, viene por el otro lado. Un mano a mano en el que descubrir al Lucio Saints vicioso que todos llevamos dentro, porque cuando sopesa con la mano y mira la longitud de esas tremendas pollas, nos hace sentir muy pero que muy cerca y con muchas ganas de probarlas. Con la segunda polla lo tiene más difícil, se nota cómo le cuesta tragársela hasta los huevos, pero no deja de intentarlo. Es tan gorda que esta sí consigue taponarle bien la boca Comérselas ya lo hace él por nosotros, dejando salir ese macho vicioso, rellenándose bien la boca, saltando de una a otra manguera, oliendo y sintiendo cada centímetro de esos dos machos tan bien dotados, cargándoles bien los huevos con cada chupadita hasta dejarlas a punto de reventar e invitarles a que se corran en su boca y su cara dejándola pringando de leche. Ver a Lucio Saints con esa cara guapa y los morros bien sucios es un placer enorme y encima el tio tiene todavía ganas de jugar con la lefa, ahí con todos los lefotes pringando entre su boca y las puntas de las pollas enormes. Simplemente alucinante, para no parar de correrse de gusto y por si alguien se resiste, el guiño final con toda la lefa en la cara seguro que consigue que os dejeis llevar.